martes, 7 de septiembre de 2010

La crónica del Festipulenta Vol.7


Y terminó el Vol.7. Un Festipulenta que nos dejó sensaciones mixtas. Por un lado, el inmenso placer de haber podido traer a un grupazo como La Hermana Menor, acompañarlos en su tránsito de canarios por la Ciudad y el Conurbano sur (ya nos explayaremos) y poner nuestro granito de arena para que mucha más gente conociera las historias cantadas por el Tüssi de este lado del Río de la Plata, además de haber posibilitado el debut a todo trapo de Revolutiva, Antolín y Androide Mariana, y confirmar los grandes momentos de Fútbol, Los Reyes del Falsete y Olfa Meocorde. Por el otro, el gusto amargo de no haber podido terminar como pensábamos la fecha del sábado gracias a que la Muni se apersonó con su mala onda habitual. Como El Zaguán tiene todos los papeles en regla, ni el Festipulenta ni el lugar corrieron peligro. Y de hecho, al día siguiente, pudimos continuar con el Vol.7 sin ningún tipo de problema. Pero después de la inspección con lupa que se mandaron los enviados de Macri, y tras la amenaza latente de darse otra vuelta en media hora por la cantidad de gente que esparaba para entrar, el ánimo para seguir con el Festi no era el mejor y Prietto viaja al cosmos con Mariano no pudo completar la fecha. Sabemos que la mayoría de uds que vienen al Festi conocen el esfuerzo que le ponemos para que todo salga bien y siga existiendo esta movida de bandas pulenta con algo para decirle al mundo. La mayoría ya lo sabe, pero no viene mal recordarlo: después de cubrir todos los gastos que significa hacer un Festipulenta, toda la plata restante va a parar de una forma u otra a las bandas. Nosotros, los organizadores, no nos quedamos ni con un centavo. Por eso, cuando ocurren cosas como ésta, no tenemos la opción devolver la entrada; para eso, tendríamos que cagar a las bandas. Y estamos seguros que nadie de los que asisten regularmente al Festi quiere eso. Sino, no vendrían. O escucharían otros grupos. Y fue tan lindo lo que pasó en este Vol.7, más allá de la visita agreta de la Municipalidad, tan copado, que no sabemos por donde empezar. Por ahí por Revolutiva, que sorprendió a propios y extraños con su contry-blues revolucionario y un sentido para el swing que no se veía desde hace siglos. Mezcla de Vox Dei y Willie Nelson de los suburbios, los Revolutiva tocan poco. No tienen ni amigos ni acomodo en el circuito centro-palermitano. Pero sacaron El Libro Rojo, un discazo que la prensa más concentrada vio pasar de largo, y para nosotros fue suficiente como para reivindicarlos. Como reivindicamos a Olfa Meocorde, otra banda que si no fuera por el Festipulenta o El Zaguán (y el Turdera Fest), todavía estaría bollando entre las puertas cerradas de los lugares y sus programadores más delicados, los que arrugan la nariz cuando no se sigue el buen gusto. Es Olfa Meocorde, muchachos, una de las mejores bandas del under porteño de toda la década, ¿cuándo se van a dar cuenta? Los Olfa nos entregaron un show casi punk-metálico, pero con esa locura de repetición machacadora que espanta a heavies e indies por igual. Ellos son así. Y los adoramos. ¡Y qué decir de La Hermana! Había que verlo al Tüssi el sábado, feliz de la vida por haber dado un show maravilloso y tomando un trago con los amigos que habían venido a verlos. El día anterior, cuando hicieron buenas migas con SUB y Fútbol en el Tío Bizarro, volvimos a confirmarlo: La Hermana Menor es rock. El Tüssi es nuestro Lou Reed montevideano, pero sin la amargura que a veces aqueja al gran Lou, y la formación actual de LHM es como Yo La Tengo multiplicada por seis. Sutileza, rabia y letrística adulta para un Zaguán que quedó atónito como pocas veces. ¡Gracias, bo! Y gracias a Androide Mariana, que luego del parate del sábado, le pusieron la mejor onda al arranque del domingo. ¿Para qué bailar escuchando pop si tenés a estos veinteañeros que logran lo mismo pero con letras y rítmica de rock? Veinteañeros y pulentas a full, los Androide nos devolvieron la sonrisa un domingo que amaneció soleado y pateó la sudestada para adelante como Antolín. Que debutó en el Festi a lo grande, con su banda eléctrica (y con Reno en percusiones a lo Maureen Taucker), y nos dejó cantando si hay relámpagos, seré tu escudo y te protegeré toda la semana. Eso es cantar. Como cantaron Los Reyes, que llegaron justito en hora de Rosario para hacernos mover la pata con su acostumbrada vorágine de rabia, combustión rockera y buena onda. El mejor cumplido lo recibimos cuando bajaron: "El Festi siempre sale bueno, gracias". A ustedes, muchachos. Y qué decir de Fútbol, que después de salir en lo de Capusotto pensamos que se iban a agrandar (¡chiste!), pero no, volvieron a volarnos las chapas con su vendaval de punk progresivo y rock nacional setentista. ¡Color Humano es pulenta! Nos vemos en el Vol.8.


Crédito foto: Santos En Remera